(Habla el aún señor Bressac a Justine .Teresa es el nombre falso que da ella.)
- Todas las religiones parten de una base falsa, Teresa- Decía-. Todas
presuponen como una necesidad el culto a un Dios creador...Pero ese Creador no
existió jamás...Recuerda los sensatos preceptos de aquel “Corazón de Hierro”,
que, según me has contado, también intentó hacerte ver claro, como ahora hago
yo. No hay nada más justo que los principios de aquel hombre, y la marginación
a que se le ha condenado equivocadamente no le priva del derecho a razonar con
buen sentido...Si todo lo que produce la naturaleza es el resultado de las
leyes que la dominan, si su acción y reacción perpetuas ya suponen el
movimiento que necesita su existencia, ¿qué pinta ese dueño soberano que le
atribuyen gratuitamente los tontos?... Eso es lo que te decía tu sabio
instructor, querida niña. Y, según eso, ¿que son las religiones sino el freno
con que el poder de fuerte quiso subyugar al débil?
Fue ese objetivo el que impulso al tirano a atreverse a decir al que
pretendía dominar que era un Dios el que forjaba las cadenas que solo le imponía
la crueldad. Y aquel pobre hombre, embrutecido por la miseria, creyó
absolutamente todo lo que el otro quiso… Y, si han nacido de estos engaños,
¿Pueden merecernos algún respeto las religiones?... ¿Hay una sola que no lleve
el emblema de la impostura y la estupidez?...¿Que veo en todas ellas? Misterios
que repugnan a la razón, dogmas “contranatura” y ceremonias grotescas que no
inspiran más que hilaridad o asco… Pero si entre ellas hay una más digna de
nuestro desprecio y rechazo, ¿no es esa ley bárbara del Cristianismo en cuyo
seno hemos nacido ambos?... ¿Hay otra más odiosa y que mejor subleve los
sentimientos y la inteligencia?... ¿Cómo pueden existir todavía hombres
razonables que den crédito a las palabras oscuras y a los pretendidos milagros
del infame creador de ese culto espantoso?... ¿Jamás hubo comediante más capaz
de provocar la indignación en el público!... ¿Qué es eso de que un judío
leproso, nacido de una puta y un soldado en el más miserable rincón del
universo, se atreva a hacerse pasar por representante de quien, según dicen,
creó el mundo…?**** Estarás de acuerdo, Teresa, en que con pretensiones tan
altas necesitaba por lo menos algunos títulos… ¿Y cuáles son los de ese ridículo
embajador?...¿Que va a hacer para probar su misión?... ¿Cambiará la faz de la
tierra?...¿Desaparecerán las plagas que la azotan?...¿O quizás el sol la
iluminará día y noche?...¿No la mancharán nunca más los vicios?... ¿Veremos por
fin reinar la felicidad?... ¡Nada de eso!... El enviado de Dios se anuncia al
mundo con malabarismos, brincos y juegos de palabras, y es en medio de la
respetable sociedad de obreros, artistas y rameras donde viene a manifestarse
en toda su gloria… Es emborrachándose con unos y durmiendo con las otras como
el amigo de un Dios, él mismo Dios, trata de someter a sus leyes al pecador
endurecido… Y es sólo inventando para sus farsas todo lo que pueda satisfacer
su lujuria o su gula como el bellaco demuestra en su misión… Pero, por lo que
sea, hace fortuna. Algunos adeptos sin ningunas luces se le unen. Se crea una
secta, y los dogmas de aquella chusma consiguen seducir a algunos judíos,
porque, esclavizados por el poderío romano, era lógico que abrazarán con
alegría una religión que se limitaba a someterlos a su propio yugo,
liberándolos de las otras cadenas… Sin embargo, hay quienes adivinan sus
motivos, descubre su rebeldía y detiene a los sediciosos. El jefe sucumbe,
aunque con una muerte demasiado dulce sin duda por comparación con el tipo de
crimen cometido… Y, con una imperdonable falta de reflexión, permiten que los discípulos
de aquel patán se desperdiguen, en lugar de suprimirlos con él… El fanatismo se
apodera de las mentes: Las mujeres chillan, los locos se enfurecen, los
imbéciles creen… Y así se convierte en Dios, Hijo de Dios, igual que Su Padre,
el más despreciable de los seres, el más torpe bribón, y el mayor impostor de
todos los tiempos… Así quedan consagradas todas sus alucinaciones, convertidas
en dogmas todas sus palabras y en misterios todas sus simplezas.
El seno de su mágico Padre
se abre para recibirlo, y aquel Creador, antes simple, se hace ahora triple
para complacer a ese Hijo, digno de su grandeza… ¿Pero se va a quedar ahí ese
santo Dios?... ¡Claro que no!... Su celeste poderío le prestará servicios mucho
mayores… Por la voluntad de un cura, es decir, de un truhan lleno de mentiras y
crímenes, ese gran Dios creador de todo lo que vemos va a rebajarse a descender
unos diez o doce millones de veces por mañana por un trozo de pasta que, al ser
tragado por los fieles pronto se transformará en el fondo de las entradas en
los más viles excrementos… Todo ello, para satisfacer a ese tierno Hijo que
inventó villanamente esa impiedad monstruosa en una cena de taberna… Pero
puesto que lo ha dicho tiene que cumplirse. Ha dicho “Este pan que estáis
viendo se convertirá en mi carne y os lo comeréis como tal. Ahora bien: yo soy
Dios, así que Dios será digerido por vosotros. Por lo tanto, y porqué Yo lo he
dicho, el Creador de Cielo y Tierra pasará a ser la materia más soez que pueda expulsar
el cuerpo del hombre, y el hombre se comerá a Dios porqué él es bueno y
todopoderoso…” Sin embargo, esta realidad, grandeza y sublimidad, y al poder de
quien las introdujo...y las causas más simples sirven para redoblar su fuerza…
Aunque solo fueron fullero e imbéciles los que dieron crédito al error.
Por fin aquella infame
religión llega al trono, y un emperador débil, cruel, ignorante y fanático,
protegiéndola con la enseña real, contamina con ella toda la tierra…
Pero, Teresa, ¿qué valor atribuirá a esos razonamientos una mente
analítica filosófica?...
¿Puede el hombre sensato ver ese revoltijo de fábulas
espantosas algo más que el fruto de la impostura de algunos hombres y la falsa
credulidad de muchos más?... Si Dios hubiera querido que tuviéramos cualquier
tipo de religión y hubiera sido realmente poderoso, o, por mejor decir, si
hubiera sido realmente un Dios, ¿nos habría comunicado sus órdenes de una
manera tan absurda?... ¿Habría expuesto su voluntad a través de un bandido
despreciable?... Si Él es supremo, poderoso, justo y bueno, ¿querrá ese Dios
del que me habláis enseñarme a conocerlo y servirle por medio de enigmas y
farsas?... Si es el motor de los astros y del corazón del hombre, ¿NO
puede instruirnos valiéndose de los primeros o convencernos grabándose en el
segundo?... Que esculpa un día a fuego en el centro del sol la ley capaz de
agradarle y desea imponernos. Al leerla y contemplarla a la vez, todos los
hombres del universo se sentirían culpables si no la siguen a partir de entonces...Pero
manifestar sus designios únicamente en un rincón ignorado de Asia, elegir por
cómplice al pueblo más tramposo y visionario y por delegado al artesano más
vil, absurdo y bellaco, embrollar tanto la doctrina que se hace imposible
entenderla, reunir todo su conocimiento en un número muy restringido de
individuos, para dejar a los demás en el error y castigarlos encima por
permanecer en él… ¡No Teresa!...¡De ninguna manera!...¡Esas atrocidades no han
sido hechas para guiarnos! ¡Preferiría mil veces morir a creer en
ellas!...¡Cuando el ateísmo pida mártires, que los señale: mi sangre está
dispuesta!...¡Detestemos esos horrores, amiga mía!...¡Que los más claros
ultrajes sirvan de base al desprecio que se les debe!... Apenas si había
abierto los ojos a la vida cuando ya aborrecía yo esas burdas ilusiones, y, a
partir de ese momento, consideré un deber aniquilarlas y me juré no aceptarlas
jamás. ¡Imítame si quieres ser feliz!...¡Abomina, reniega y profana como yo el
objeto odioso de ese culto aterrador y el culto en sí, creado para una quimera,
y hecho, como ella, para ser rechazado por todo aquel que se considere sensato!
Año: 1787
País: Francia
Género: Novela
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